Lavador de vehiculos

Inspeccionar el estado general del vehículo y anotar cualquier daño previo.
Lavar la carrocería del vehículo utilizando agua, jabón, y productos específicos.
Enjuagar y secar la carrocería para evitar manchas de agua.
Aplicar cera o abrillantador para proteger la pintura y darle un acabado brillante.
Limpiar los vidrios y espejos exteriores.
Lavar las ruedas y neumáticos, eliminando suciedad y residuos de frenos.
Aplicar productos específicos para neumáticos que realcen su color y los protejan.
Aspirar alfombras, asientos y áreas de difícil acceso.
Limpiar y acondicionar el tablero, consola central, paneles de puertas y otras superficies interiores.
Limpiar ventanas interiores para asegurar visibilidad clara.
Quitar manchas de los asientos y tapicería.
Usar productos adecuados para limpiar y acondicionar tapicería de cuero o tela.
Reparar pequeñas grietas o daños menores en la tapicería, si es necesario.
Revisar y rellenar los niveles de líquidos limpiaparabrisas.
Informar al cliente sobre cualquier problema detectado durante la limpieza.
Limpiar el compartimento del motor utilizando productos y técnicas seguras.
Evitar daños a componentes eléctricos y asegurarse de que el motor esté seco antes de entregarlo.
Revisar el vehículo para asegurarse de que todas las áreas estén limpias y el trabajo esté completo.
Informar al cliente sobre los servicios realizados y cualquier observación relevante.
Procesar el pago y entregar el vehículo al cliente con una breve explicación de los cuidados posteriores.
Mantener las herramientas y el equipo de limpieza en buen estado.
Limpiar y almacenar adecuadamente los productos y herramientas después de su uso.
Seguir las normas de seguridad y los procedimientos para el manejo de productos químicos.
Usar equipo de protección personal, como guantes y gafas, cuando sea necesario.
Estas tareas aseguran que el vehículo se limpie de manera efectiva y segura, proporcionando un servicio de calidad al cliente.